El mundo ha cambiado. Eso lo sabemos todos y, sin dudas, la reciente pandemia por coronavirus nos lo ha dejado más que claro. A partir de ella —y debido a las restricciones tanto de viajes como de reuniones—, el teletrabajo se ha impuesto como mecanismo laboral estrella.
Cada día se publican miles de ofertas de empleo en portales de Internet, y cada vez más personas se desarrollan profesionalmente trabajando desde casa. Lo que antes significaba viajar para realizar una pasantía en el exterior o cursar una carrera en el extranjero con el fin de ampliar las posibilidades de hallar un trabajo mejor remunerado (con todos los costos afectivos y monetarios que esas movidas implicaban), hoy se reduce a adquirir conocimientos para ser desarrollados de manera virtual.
Ahora bien: ¿cuál es el gran diferencial para competir ante otros miles de postulantes? La respuesta es sencilla: el dominio de idiomas. De hecho, hay muchos procesos de selección al día de hoy en los que un candidato que hable solo su idioma nativo es automáticamente descartado. Así que, si eres de aquellos que domina dos o tres idiomas, ¡felicitaciones! Eres de los candidatos más buscados del campo laboral.
Saber hablar y escribir en otra lengua —además de tu lengua madre—, te habilita a postularte a empleos diversos, sin importar dónde se ubiquen geográficamente. Es que muchas empresas contratan personal bilingüe y trilingüe porque la globalización de los negocios así lo exige, y porque les otorga la oportunidad de ampliar y cubrir más mercados, atendiendo a las ofertas y demandas de más consumidores.
Es una tendencia que va en franco crecimiento y para la que todos debemos estar preparados. Las barreras van cayendo y los límites geográficos, a efectos del ámbito laboral, van desapareciendo, se van difuminando, y muy pronto dejarán de existir.
Los beneficios de trabajar desde casa para cualquier parte del mundo son múltiples. Quien trabaja para el exterior, por lo general percibe el cobro en una moneda que lo beneficia por el tipo de cambio. Además, la franja de salarios para aquellos que hablan y escriben idiomas es muy superior a la de personas sin esas aptitudes.
Pero no solo se beneficia a nivel salarial, sino asimismo a nivel personal. El trabajador que desarrolla sus capacidades en empresas situadas en el extranjero, habitualmente necesita salir de su zona de confort para asumir el desafío de entender una cultura diferente, con otros códigos de comportamiento y con ritmos de trabajo distintos. Este tipo de persona se vuelve más permeable, tolerante y versátil, características clave para aprovechar todas las oportunidades que, mundialmente, se abren a diario.
Por lo tanto, si tenemos en cuenta que el trabajo por Internet es cada vez más común, estudiar y aprender idiomas es un debe. Es, sin dudas, una de las mejores inversiones de cara al futuro. Un futuro que está ahí, a un click de distancia.
Deja un comentario